Para la seguridad y el viaje de vuelta, alquilamos una pequeña furgoneta de nueve plazas y el Club Ciclista de Thônes nos prestó un remolque para bicicletas. Dos conocidos hicieron de conductores y acompañantes, así que éramos ocho en la línea de salida: seis en bici (David, Emmanuel, Hervé, Jean-Marc, Samuel y yo) y dos en el vehículo (François y Lionel).
Prepárate para el viaje de vuelta.
Por las noches, nos alojamos en casas rurales en régimen de media pensión y al mediodía comimos en restaurantes de nuestra ruta, excepto una vez que hicimos un picnic disfrutando del sol. Siempre fuimos muy bien recibidos.
En cuanto a mi bicicleta, tenía una Trek Domane SL de carbono con frenos de disco, plato compacto y grandes neumáticos de 32 mm, un poco como de grava. Mis compañeros tenían bicicletas de carretera más convencionales con frenos de zapata. Cada uno de ellos sólo llevaba una pequeña bolsa de manillar.
También habíamos traído una "mula", una bicicleta de repuesto en caso de necesidad, pero afortunadamente no se utilizó. Lo increíble es que los seis no tuvimos ni un solo problema mecánico, ¡ni siquiera un pinchazo! Tampoco problemas físicos. Varios de nosotros nos preguntábamos si seríamos capaces de seguir día tras día, y aquí también las cosas fueron bien. Los niveles eran diferentes, pero nos esperábamos en la parte superior e inferior de los puertos.
Por suerte teníamos la furgoneta. Salimos el 19 de septiembre y llovía a cántaros. En la cima del Cormet de Roselend, hacía 5 grados, un viento loco, teníamos la barra en la frente... Gracias a nuestro vehículo de asistencia, pudimos cambiarnos y ponernos ropa de abrigo antes del descenso. Los dos primeros días fueron terribles, con nieve en la cima del Col de l'Iseran. Llevaba un gorro bajo el casco, polainas, ropa interior de abrigo, un forro polar y guantes gruesos... Afortunadamente, a partir del tercer día volvió el buen tiempo, a pesar de las mañanas frescas a entre 5 y 10 grados.
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En Monêtier-les-Bains, al final de la jornada pudimos disfrutar de 2 horas en los Grands Bains con sus aguas termales: ¡excelente para recuperarse y relajarse a mitad de camino!
Preparación.